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¿QUE ES UN DISCÍPULO?


EL SIGNIFICADO DEL DISCIPULADO

“La salvación es gratuita, pero el discipulado cuesta todo lo que tenemos.”

Billy Graham

“Discípulo” fue la palabra favorita de Cristo para aquellos que tenían su vida íntimamente ligada con la de él. La palabra griega correspondiente a discípulo, mathetes, está usada 269 veces en los Evangelios y Hechos. Su significado es: alguien que ha sido “enseñado” o “capacitado”.

En el Evangelio de Juan, Jesús define la palabra discípulo de tres formas:
Primera, un discípulo es un cristiano que está involucrado con la Palabra de Dios de una manera continua. “Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos” (Juan 8:31).

La Biblia es mucho más que un libro corriente. Es una guía segura pura la vida diaria. La aplicación continua de la Escritura da como resultado el conocimiento de la verdad, lo cual, de acuerdo con Jesús, nos hará libres (ver Juan 8:32).
Segunda, un discípulo es aquel que pone su vida por otros. “Un mandamiento nuevo os doy: que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13:34, 35).

Ahora bien, ¿qué clase de amor es este? Es mucho más que sólo hacer algunas buenas obras. En Juan 15:13 Jesús dice: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.”

Esto da un significado mucho más profundo: un discípulo ama hasta el punto de ser impopular, malentendido, ser aislado y sufrir. El amor es incondicional.

Jesús cautivó el corazón de sus discípulos con su amor incondicional. Su amor siempre buscaba hacer lo mejor para los que estaban bajo su adiestramiento.

Para amar a nuestros hermanos debemos estar dispuestos a sacrificarnos para satisfacer sus más profundas necesidades.

Así lo describió Juan, el discípulo amado: “En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos” (1 Juan 3:16).

En parte Jesús define el discipulado como el amor hacia los demás creyentes. La humanidad puede ver a Cristo en nuestras vidas sólo cuando nos ve amándonos unos a otros.

Este amor es algo fuera de lo común. Al “poner nuestras vidas por otros” morimos para ciertas cosas. Renunciamos a ciertos derechos. 

Quizá tengamos que sacrificar dinero, tiempo y posesiones para amar mejor a otros. Esto se hace posible hoy en nuestras iglesias cuando “el amor de Dios es derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo" (Romanos 5:5).

Tercera, un discípulo es aquel que permanece diariamente en una unión fructífera con Cristo. Jesús dijo:

Permaneced en mí y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto: porque separados de mí nada podéis hacer. (Juan 15:4, 5.)(Itálicas del autor.)

La palabra fruto se usa de varias maneras en las Escrituras. Este pasaje parece ser más ilustrativo del fruto proveniente de la unión con Cristo, que del fruto del Espíritu tal como se refiere en Gálatas 5:22, 23. Se aclara esta situación más adelante, en Juan 15:8: “En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto y seáis así mis discípulos.”

De manera que los discípulos de Cristo son aquellos que llevan fruto como resultado de permanecer en unión con él.

La oración de Cristo por los discípulos, registrada en Juan 17, determina que el fruto mencionado en Juan 15 consiste en personas, gente:

“Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos' (Juan 17:20).

Jesús enfatizó la permanencia del fruto al enseñar de la siguiente manera: “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca: para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé” (Juan 15:16).

Nuestra unión con Cristo hace posible una vida por medio de la cual otros pueden llegar a salvarse. Cuando un árbol está tan lleno de savia hasta el punto que ya no puede contenerla más ¡el resultado es la formación del fruto!

Cuando un cristiano está lleno de Cristo, los que le rodean ven y oyen a Cristo en él, y nacen de nuevo espiritualmente para entrar en el reino de Dios. Así es que los nuevos creyentes constituyen un fruto del discipulado.

Cuando nos mantenemos inactivos podemos alcanzar el fruto interior del Espíritu, pero Jesús dice que también estamos puestos para “ir y llevar fruto".

"A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies” (Mateó 9:37, 38).

El mundo necesita desesperadamente obreros (discípulos), hombres y mujeres que estén permaneciendo en Cristo, obedeciendo y aplicando las Escrituras diariamente, evangelizando efectivamente a los perdidos, y relacionándose con sus hermanos y hermanas en la iglesia, con un amor como el de Cristo.

De esta manera podemos participar en la tarea de alcanza al mundo, ¡ese gran campo que está listo para la cosecha!



CONDICIONES PARA EL DISCIPULADO

Jesús amplía más sobre el concepto del discipulado en Lucas 14, con algunas condiciones específicas y prácticas para aquellos que le siguen.

En Lucas 14:26 él enseña que debemos amarle más que a padre, madre, o familia. También identifica al discipulado con un amor sin rival hacia él, aun por encima de nuestra propia vida.

“El que no lleva su cruz y viene en pos de mí no puede ser mi discípulo” (Lucas 14:27).

¿Quiere ser usted su discípulo? Si es así, debe llevar la cruz. Este es el instrumento de muerte para el “yo”, que debemos llevar cada día.

El verdadero discipulado demanda una actitud de disposición para cumplir la voluntad de Dios que nos es revelada, aquella actitud que permite percibir todas las cosas que se Presentan en nuestro camino como algo proveniente de sus manos.

En lugar de aferramos a las cosas terrenales, debemos estar dispuestos a desprendernos de ellas para el bien de su causa (llevar la cruz).

Pablo, el misionero que tenía a Cristo como el centro de su v*da, comprendió que se requiere de una actitud de sometimiento a Jesús, quien compró con su propia sangre el derecho de ser Nuestro Señor:

Y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos” (2 Corintios 5:15). Cristo debe tener preeminencia en nuestras vidas y en nuestros ministerios.

A W Tozer dijo que hay tres características en el que esta crucificado con Cristo: “No tiene planes propios, mira hacia una sola dirección y no abandona la cruz.  
  .
Si queremos disfrutar de una viva y estimulante relación diaria con Cristo, debemos estar dispuestos a pagar un precio. Para esto habrá que ejercer disciplina personal.

Puede que sobrevenga la soledad o la falta de popularidad, a medida que avancemos desde la muerte de nuestros sueños y planes hacia la gloriosa resurrección por medio de su vida en nuestro ser.

Muchos cristianos se movilizan hacia la meta de llevar la cruz en su identificación con Cristo, pero desisten muy pronto Demas me ha desamparado, amando este mundo” (2 Timoteo 4:10).
Así escribió Pablo acerca de un discípulo que comenzó la jornada pero la abandonó muy pronto.
Cristo insiste en que él debe ser nuestro punto local exclusivo en la vida: “Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo (Lucas. 14:33).

Para el discipulado bíblico es indispensable asignar irrevocablemente a Cristo el lugar del Señor, pero esto no es suficiente. Este reconocimiento tiene que ser renovado diana mente.    

Revise su trayectoria con Cristo la luz de estas definiciones de la Escritura acerca del discipulado, ya que antes de que usted pueda discipular a otros, usted tiene que ser un discípulo primero.

PREGUNTAS PARA ESTUDIO Y DISCUSIÓN

1. Con sus propias palabras, enuncie tres definiciones de un discípulo, dadas por Jesús en el Evangelio de Juan.

2. ¿Cómo resumiría usted el énfasis de entrega total que Jesús dio al discipulado en Lucas 14:26-34?

3. Mencione algunas de las características que, según su criterio, deben distinguir hoy día a un discípulo de Cristo.

4. Establezca la relación que existe entre seguir a Cristo según Lucas 14 y la recuperación de los valores según Lucas 15.

5. Analice el concepto de que “toda persona salvada es un discípulo de Cristo”, en relación con la definición de lo que es un discípulo de Cristo (“aquellos que cumplen los requisitos que se describen en los Evangelios").

‘A. VV. Tozer, tomado de una conferencia dictada en la Iglesia de la Alianza Misionera Cristiana, Chicago, Illinois, 1957.


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